Director: Matteo Rovere
Intérpretes: Stefano Accorsi, Matilda de Angelis, Giuseppe Gaiani, Lorenzo Gioielli, Paolo Graziosi
Año: 2016
Distribuye: Cinemaran
Avalada por muchos premios, entre ellos seis en los David de Donatello de Italia, nos llega esta película llena de acción automovilista que narra la historia de una familia cuyo mundo son los motores, las carreras y la competición. Cuando el padre da paso a la hija pequeña Giulia, ésta estará acompañada por su hermano mayor Loris. Ambos hermanos deberán luchar por conseguir el sueño de su progenitor, pese a las discrepancias iniciales.
Con dos caracteres opuestos, los dos hermanos tienen que unir sus fuerzas para conseguir la victoria en una competición tan exigente como son los grandes premios automovilistas. La joven Giulia (Matilda de Angelis, que debuta así en un largometraje), de espíritu inquieto y decidido, tiene que formar equipo con Loris (Stefano Accorsi) experto piloto pero con problemas personales para, al tiempo que aprende las técnicas de conducción, aprender a comprender a su hermano que, pese a quién pese, es su única familia.
Este proceso de doble aprendizaje, conducir y entenderse entre ambos, les hace pasar de enfrentamientos personales a compenetrarse perfectamente según mantengan una relación de familia o deportiva, con sus altibajos correspondientes. Todo reflejado en las carreras que aparecen a lo largo de la película, lo mejor filmado, para ir descubriendo al espectador las diferentes fases por las que pasan Giulia y Loris.
Buena mezcla en la pantalla de lo que es, o quiere ser una familia, la natural con la que te “toca” vivir y la “adoptiva”, en este caso la del mundo automovilista, que deben estar bien compenetradas para que funcione nuestra vida.
Película que entusiasmará a los amantes de las carreras, que les hará vibrar en cada curva, en cada adelantamiento, en los previos a la competición, al tiempo que enseña a estos dos hermanos, que las DOS familias son tan importantes como ellos mismos y que para seguir adelante hay que dejas las rencillas a un lado y trabajar juntos para alcanzar la META, tanto personal como deportiva.