Directoras: Raquel Troyano y Montse Bodas

Intérpretes: Aurora González, Ricardo Lacámara, Selica Torcal, Jairo Martínez del Hoyo, Anzony Blanco, Alfonso Moreno, Susana Sucena, Antonio Esquivias

Año: 2018  Distribuye: Seven Films    

 Con un original arranque: pareja de ancianos que “regala su piso” a la pareja que supere una serie de pruebas extravagantes y eliminatorias, nos adentramos en la ópera prima de estas dos directoras. El curioso anuncio es visto por una joven, Soledad, que desde ese momento quiere presentarse a ese extraño “casting”, porque piensa que es el adecuado para ella y su novio, Juan. Por lo que se lanza a la aventura de intentar conseguirlo. Pero al no poder acudir con su novio, lo hace junto al hermano de éste, Víctor.

Lo que parecía un simple trámite, ir a ver a los ancianos y contestar las preguntas para lograr la casa, se va enredando cada vez más, dando lugar a una serie de situaciones, no esperadas, que alteran la vida de todos los protagonistas de una manera radical. Aparecen nuevas sensaciones, salen a la luz otras expectativas y nacen diferentes atracciones. Las convicciones cambian, las creencias se desvanecen y el amor va y viene. Todo aderezado con unas pruebas que la “pareja” debe superar para lograr su objetivo.

Usando como nexo de unión de la historia la bicicleta de la protagonista, por los recorridos que hace para ir de un lado a otro, las realizadoras nos introducen en la vida de los protagonistas para descubrirnos las alegrías, las penas y las ilusiones de todos aquellos que están alrededor de la historia. Además, en varios momentos del film aparece el pomo azul del título que todos queremos que abra esa puerta que nadie puede traspasar, como si fuera una aduana, una barrera, que puede cambiar la vida de quien la cruce.

En cuanto a los protagonistas, se juntan la veteranía de Ricardo Lacámara y Selica Torcal, espléndidos, con la juventud de Aurora González, Anzony Blanco y Jairo Martínez del Hoyo, muy identificados con sus personajes, en especial Aurora González, para mostrarnos una historia bien dirigida, magníficamente fotografiada y que toca nuestra fibra, sobre todo con la canción de Olga Román, para contarnos cómo una pequeña mentira pude alterar la vida de las personas de manera sustancial e inesperada.