Director: Aron Lehmann Año: 2015
Intérpretes: Christoph Maria Herbst, Adam Bousdoukos, Akillas Karazisis, Christos Valavanidis
Tras éxito obtenido por la comedia francesa Bienvenidos al Norte (2008) y su remake italiano Bienvenidos al Sur (2010), los alemanes no quisieron ser menos y se pusieron manos a la obra con Bienvenidos a Grecia. Comedia fresca y desenfadada que narra las peripecias que le ocurren a un ejecutivo de un banco germano cuando viaja a la bella isla griega de Paladiki, para comprobar si el dinero de su préstamo ha sido empleado en el Hospital y la Central Eléctrica del lugar, tal y como habían solicitado sus habitantes. Como nos podemos imaginar, asistiremos a una serie de enredos entre el visitante y los lugareños mientras se comprueba si el dinero se invirtió correctamente o por el contrario se gastó en otros menesteres. La picaresca de los vecinos del lugar, por algo son mediterráneos y llevan en sus genes esa característica intrínseca a los pobladores del Mare Nostrum, y los modales rígidos, sin resquicios para la improvisación del alemán, conformarán una lucha sin cuartel para tratar de demostrarse unos a otros que el capital invertido lo ha sido correctamente. Pinceladas costumbristas de lugares de vacaciones no muy conocidos pasan ante nuestros ojos provocando algunas situaciones disparatadas con las que el director quiere hacernos reír. Vemos reflejada la diferente manera de ser de las personas, según procedan de una gran ciudad o un pueblo perdido en una remota isla, sus enfrentamientos, su carácter cerrado (ciudad) o abierto (pueblo) desembocan en un juego de ratón y gato para intentar conseguir sus fines. Actores y actrices que yo, particularmente, no conozco ponen su empeño en hacernos pasar un buen rato y nos descubren posibles lugares de vacaciones ante el verano que se avecina. En suma película que no pasará a la historia, pero que se deja ver con simpatía y humor si lo que queremos es pasar un rato agradable para evadirnos de los problemas cotidianos.