Director: Adrián Orr 
Intérpretes: David, Oro, Mia y Luna Rasanz, Aurea Reyes, Ester Blanco
Año: 2018
Distribuye: Márgenes Distribución
La palabra “niñato” se asocia con alguien al que no estimamos mucho. Se suele usar de forma despectiva, para referirse a personas inmaduras o a las que queremos hacer de menos, pero en esta ocasión, el título de la película no se refiere al protagonista de forma despectiva, ya que hace referencia al apelativo de David, un hombre joven y soltero que pasa la mayor parte del día cuidando de tres niños pequeños. No tiene trabajo y vive en casa de sus padres, pero la pasión que siente por la música Hip-hop le hace entregarse más todavía a la educación de los niños.
En la película encontramos a un hombre que lucha día a día por sacar adelante a los niños, al que el apelativo de “niñato”, que le viene de joven, no le hace justicia, pues la valentía y tesón que pone cuando está con los pequeños demuestra una conciencia y un coraje que cala en nosotros desde el principio.
Rodada a lo largo de cuatro años, este documental (ópera prima de su director) nos descubre a través de una simbiosis perfecta entre los protagonistas y la cámara, una vida dura, real, con sus momentos dulces y amargos que gira en torno al afán de superación de esta familia tan singular a la que cogemos cariño, mientras les acompañamos en sus quehaceres cotidianos, desde las comidas, a los juegos, pasando por los momentos en que hay que hacer los deberes, sin olvidar los ratos en que los más pequeños remolonean al tener que madrugar para ir al colegio.
Todo mostrado muy de cerca, con la cámara en mano, como otro componente más de esa familia tan diferente, tan peculiar, con conversaciones realistas que nos sorprenden por la frescura de los niños, sobre todo Oro, al que no le gusta mucho el colegio y quiere seguir los pasos de su padre en el mundo de la música, algo que nos demuestra en una de las mejores escenas cuando tiene un “enfrentamiento” musical con su padre.
Todo lo que vemos gira alrededor de las dos pasiones del protagonista, los pequeños y el Hip-hop. Los niños por los que se desvive, lucha y soporta cualquier contratiempo y su música, con la cual sueña, espera que le arregle su vida y por la que mantiene viva la ilusión que tenía de joven.
Película nada comercial que hay que verla como es, sin artificios ni edulcorantes, que retrata una lucha diaria por sacar adelante a unos niños. Una vida marcada por la música, que el protagonista adapta a su entorno y por la que sobrevive con la esperanza de que los pequeños aprendan a defenderse solos en la vida.


