Directora: Anne-Dauphine Julliand
Intérpretes: Documental (Historias de cinco niños con enfermedades graves)
Año: 2016
Distribuye: Film Buró / Barton Films (en la zona norte de España)
Intensa película la que nos propone la directora, también autora del guion, Anne-Dauphine Julliand. En ella nos habla de un grupo de cinco niños con enfermedades graves que afrontan su estado con optimismo y alegría, pese a sus padecimientos, transmitiendo una lección de vida y una gran capacidad de superación, al tiempo que nos hablan de sus dolencias como algo normal con lo que deben afrontar cada día de su vida y nos descubren sus ilusiones para el futuro.
Los cinco niños, a los que no puedo por menos que citar sus nombres, Camille (Neuroblastoma), Ambre (Enfermedad cardiaca grave), Tugdual (Cáncer), Imad (Insuficiencia renal grave) y Charles (Piel de alas de mariposa), nos dan un ejemplo de capacidad de sufrimiento, pues pese a sus respectivas enfermedades, siempre tienen la sonrisa en la boca, aunque las dolorosas curas, a veces, les hagan derramar una lágrima, pero al momento siguiente ya está todo olvidado y su empeño es jugar y divertirse como cualquier otro niño de su edad.
Película sensible que tocará nuestra fibra interior, divertida en los momentos que los pequeños protagonistas ríen y se divierten, clara como el agua, pues la directora no quiere hacernos sentir mal jugando con nuestros sentimientos, tan sólo expone una realidad que está ahí, que ha buscado y encontrado en diversos hospitales de Francia y que es un homenaje a sus dos hijas fallecidas a muy temprana edad por una enfermedad grave.
Filmada de manera cercana, los niños casi no se dan cuenta que les sigue una cámara, el espectador participa en sus juegos, en las consultas médicas, en las reuniones familiares, en el colegio y en los diversos momentos cotidianos que los pequeños afrontan con entereza, valor y cierta candidez. Tanto, que alguna vez desarman al espectador cuando sueltan frases como: “Estar enfermos no nos impide ser felices”.
En suma estamos ante una película que es un canto a la vida, que es un ejemplo para los mayores (padres, educadores, personal sanitario, etc.), que nos da ánimos para afrontar nuestros “problemas” y que presenta la enfermedad de forma que no es un tormento, sino algo que nos ha tocado vivir y hay que coexistir con ella (cosa que estos niños han aceptado pese a sus cortas edades). Por todo lo anterior, lo mejor que se puede decir de Ganar al viento es que es una película que vemos con un nudo en la garganta, pero con alegría en el corazón.


