Director: Norberto Ramos del Val
Intérpretes: María Hervás, Ismael Martínez, Álvaro Lafora, Ana del Arco, Javier Albalá, Emilio Buale, Aroa Gimeno, Edgar Calot, Olga Alamán
Año: 2017
Distribuye: Artistic Metropol Films
Cuando hay buena química en un equipo, en este caso de cine, queda reflejado en su trabajo. Por ello en esta nueva película de Norberto Ramos del Val se nota la complicidad con que el director y su equipo nos hacen pasar un buen rato con su película.
La historia, escrita por Pablo Vázquez y Ricardo López Toledo y fotografiada por César Montegrifo, es la de Lucía, una actriz que huye de un pasado trágico, que acepta la oferta de una cadena local, y cutre, de televisión, para presentar un espacio nocturno donde se concursa por dinero. Sin embargo, lo que para ella iba a ser una tranquila noche de rutina con la única compañía de Charly (el encargado del programa), se convertirá en una locura cuando entre en escena un misterioso psicópata que parece tener como misión destrozarle la vida a Lucía. Ella, al teléfono y frente a la cámara, en directo, deberá jugar y seguir sus indicaciones… si quiere salir viva del programa.
Con referencias a películas de directores famosos, con guiños a diferentes cadenas de televisión, variando el logo para evitar problemas, asistimos a una historia que transcurre en una noche (de qué me suena a mí esto…), entre lo cómico y lo terrorífico, que divierte, sorprende y engancha al espectador que, a un buen ritmo, pasa de una escena a otra para ir descubriendo las diferentes subtramas paralelas de la cinta.
Con críticas, más o menos veladas, a los programas nocturnos de televisión donde una atractiva mujer nos pide que llamemos por teléfono para acertar una sencilla pregunta y ganar mucho dinero, el director, al que se nota a gusto organizando todo, nos hace reflexionar mientras nos muestra los entresijos de esos concursos y los encaja en otras situaciones que, aunque inicialmente parecen distintas, al final convergen en una sola realidad en la que los diferentes protagonistas tienen su particular participación.
Los intérpretes, algunos de los cuales ya habían trabajado con el director, dan credibilidad, algo que a mí me parece importante, a sus diferentes papeles y talantes, sacando nuestra sonrisa, unas veces de sorpresa y otras de complicidad, al tiempo que nos vamos metiendo en la historia para intentar comprender las distintas actitudes, egoístas, psicópatas o amorosas, de los actores y actrices que viven esa extravagante aventura.
Película divertida, agradable de ver, con el toque inconfundible de Norberto Ramos del Val, que nos descubre el lado más oscuro de los Call TV en clave de comedia, más o menos negra, que me lleva a la pregunta ¿Cuánto le habrán pagado los fabricantes de cuchillos?