Director: Simeon Halligan Año: 2014
Intérpretes: Pollyanna Mcintosh, Lee Williams, Joanne Mitchell, Garth Maunders, Dominic Kay, James McCreadie
Una pareja joven, una gran casa en medio de la nada, la campiña escocesa con su verdor, su lluvia y un misterio que rodea la vivienda, son el caldo de cultivo perfecto para que asistamos a una película de terror en la que casi toda la acción se desarrolla de noche confiriendo, este hecho, al idílico campo escocés una perspectiva peligrosa y aterradora.
Ya empieza a ponernos en guardia unos títulos de crédito iniciales, por cierto muy originales, que nos indican que algo pasará en el bosque. La pareja que se va a vivir al campo, harta de la vida de la ciudad, no imagina que estén a punto de pasar una de las peores noches de su existencia.
Con una tensión que va en aumento según se desarrolla la acción, el espectador se siente enganchado por las vicisitudes por las que atraviesan Ed (Lee Williams) y Sarah (Pollyanna Mcintosh), con buenas interpretaciones, en especial ella que lleva el peso de la historia. La angustia de la protagonista durante su aventura nocturna nos sumergen en una espiral de tensión y horror que, como cualquier film del género que se precie, hace sentir a quién ve la película esa sensación inconfundible de nerviosismo que indica la habilidad del director para captar la atención del espectador.
El juego del gato y del ratón entre intrusos y pareja me recordó, salvando las distancias, a otra película británica de Sam Peckinpah, Perros de paja de 1971, en la que Dustin Hoffman y Susan George vivían una situación parecida.
Otra de las cosas que me gustó de esta película es que el director, Simeon Halligan, no abusa de poner la música a todo volumen, para acompañar la escena, cuando refleja alguna situación impactante o sorpresiva. Pues de otro modo el espectador puede dar un salto en la butaca, pero no por la sorpresa, sino por el atroz aumento del sonido (y estos casos los he visto en bastantes ocasiones)
Película basada en hechos reales con un final sorpresivo que no creo que nadie imagine. Aunque a lo largo del metraje, si se está atento, podemos descubrir algún indicio de lo que está por venir.


