Director: Giuseppe Tornatore Año: 2016
Intérpretes: Jeremy Irons, Olga Kurylenko, Simon Johns, James Warren, Shauna Macdonald, Oscar Sanders, Paolo Calabresi
Argumento original el que escribe y dirige Giuseppe Tornatore. Un maduro profesor de astrofísica (Jeremy Irons) y su joven alumna (Olga Kurylenko) viven un apasionado idilio que, como curiosidad o novedad, continúan a través de videoconferencias. Cuando el profesor desaparece pero a la joven le siguen llegando los vídeos y misivas de su amado, ella emprende una búsqueda desesperada para saber que ha ocurrido y el porqué de la situación.
El gran director italiano ha sabido inventar, en la era de las comunicaciones, una historia que por lo curioso de su desarrollo nos sorprende tanto en la parte afectiva como en la parte tecnológica. Un amor ardiente sobrevuela toda la película, incluso en la parte de la búsqueda de las circunstancias en que el profesor ha desaparecido, asistimos a una relación, en este caso episto/electrónica (palabro inventado por mí que mezcla las cartas escritas y los vídeos que el profesor le hace llegar) que, mantiene una tensión en el espectador mientras acompaña a la joven por diferentes localizaciones europeas intentando descifrar el enigma en el que se halla inmersa. Dichos lugares, pertenecientes al Reino Unido e Italia, perfectamente fotografiados y de gran belleza, son otro integrante más de la película, que acompañan a la intriga, a la búsqueda de una verdad que parece no tiene solución.

La pareja protagonista, que únicamente están juntos en la escena inicial (y con esto creo que no desvelo nada importante del film), viven su relación a distancia, a través de una CORRESPONDENCIA que se hace cada vez más difícil de desenmarañar, de descubrir. El veterano y siempre correcto Jeremy Irons da una lección de interpretación, pese a que su partenaire es la mayoría de las veces una cámara de vídeo, emociona, es creíble y logra con su parlamento dar verosimilitud a una situación que, a priori, no es muy fácil de asimilar. Por su parte Olga Kurylenko, guapa y comedida, a la que le ocurre algo parecido a Irons, ya que la mayoría de las ocasiones, tiene que dar la réplica a una pantalla de ordenador, consigue transmitirnos sus emociones, sus miradas y sus inquietudes cuando intenta averiguar la realidad de lo que está ocurriendo o ha ocurrido. Aquí encaja perfectamente el segundo trabajo de ella, doble para películas de acción, en el que da rienda suelta a toda la tensión que va acumulando en la resolución del caso que la lleva a la búsqueda de su amado.
Estando Giuseppe Tornatore por medio, no podía faltar su compositor favorito: Ennio Morricone que, con una partitura sencilla sin muchas estridencias, sabe acompañar cada situación para que el espectador sienta una cercanía, sobre todo a la protagonista, que le da más sensación de complicidad.
Película curiosa, por lo antes citado: amor a distancia a través de la red, que gustará a los incondicionales de los protagonistas y del director, que muestra cómo las relaciones entre las parejas intentan superan las dificultades por muy enrevesadas que estas se puedan volver.


