
Director: Eliseo Subiela Año: 1992
Intérpretes: Darío Grandinetti, Sandra Ballesteros, Nacha Guevara, André Mélançon, Jean Pierre Reguerraz, Mario Benedetti
No recuerdo esta película en la fecha de su estreno, ni después, pues de haberla visto estoy seguro que no se me habría olvidado, por eso verla ahora, ha supuesto para mí una grata sorpresa.
El film narra la historia de un poeta bohemio que cambia versos por monedas, que disfruta de la compañía de sus amigos y que se recrea en la obra poética de Mario Benedetti (que tiene una breve pero exquisita intervención en la película), de Oliverio Girondo y Juan Gelmán. Pero su búsqueda del amor no le ha llevado a descubrir su pareja ideal, pese a las muchas mujeres que conoce. Un día llega a Montevideo y allí conoce a Ana, una prostituta que cambia su concepción de la vida… ¿puede ser ella el amor que está buscando?
Con imágenes cargadas de simbolismo que hipnotizan al espectador, el director nos lleva por el transcurrir de los días del protagonista, pasando de la tristeza más profunda a la ilusión más efervescente, de la indigencia casi absoluta, a parecer vivir en la abundancia cuando vende alguno de sus versos. Todo gracias a la expresión, sobre todo de la cara, de un genial Grandinetti que arrastra a las otras protagonistas, Sandra Ballesteros, enigmática y sensual, y Nacha Guevara, triste y concienciadora, hacia un torbellino de pasiones, vivencias y búsqueda de una realidad que no dejará indiferente a nadie que vea la película.
La música que acompaña a las imágenes, una compuesta para la ocasión y otra con temas del folclore mundial, envuelven perfectamente esta obra tan atípica de un hombre en busca de su mujer ideal con una característica, que él quiere que sea literal, difícil de encontrar.
El tiempo no ha pasado por esta película de Subiela, no porque esté remasterizada y en 4K, sino porque los temas son válidos para cualquier época. Las parejas se pueden ver reflejadas en ciertos momentos, salvando las distancias y sin querer ofender a nadie, cuando los protagonistas viven esos momentos de éxtasis que les llevan a descubrir una sexualidad tormentosa e hiriente.
En suma, película salpicada de poesía, la recitada por el protagonista y la que emana de una genial fotografía, una gran dirección de actores y una buena música, en la búsqueda de la mujer a la que entregar su corazón (quién vea el film entenderá mejor esta última frase).


