Boi Neon -crítica-

Director: Gabriel Mascaro                        Año: 2015

Intérpretes: Juliano Cazarré, Maeve Jinkings, Carlos Pessoa, Alyne Santana

boi-neon-5-webEn esta película, ambientada en el Brasil actual, vemos la vida itinerante de una especie de vaqueros modernos, una troupe que va de pueblo en pueblo participando con su ganado en “Las Vaquejadas”, el tradicional rodeo del noreste del país, para ganarse la vida.

Iremar (Juliano Cazarré), su compadre Zé (Carlos Pessoa), Galega (Maeve Jinkings) que conduce el camión que les lleva a cada ciudad y Cacá (Alyne Santana) hija de la anterior, forman una familia muy peculiar que intentan (sobre)vivir entre nubes de polvo, paisajes casi desiertos, pueblos que no saben si volverán a ver y sueños que quizá no se cumplan. Deben luchar día a día para conseguir un poco de dinero con el que llegar a fin de mes.

Partiendo de un guion del propio director, lo primero que nos sorprende es la premisa sobre la que se asienta toda la película: un rudo vaquero, acostumbrado a trabajar con toros, caballos y con modales, a primera vista, toscos, siente una gran pasión por la moda, la costura y sueña con diseñar su propia colección, pues casa rato libre que tiene, lo dedica a crear vestidos, dibujándolos y cosiéndolos. Esto que parece chocante a primera vista, no lo es conforme conocemos al protagonista y su grupo de amigos. Comprendemos perfectamente su ilusión por la moda y vemos como pasa de la dureza del trabajo en los rodeos, a la tarea creativa y sensible de los modelos que inventa, con una naturalidad pasmosa.

La conductora del camión y su hija pese a sus discrepancias no pueden vivir la una sin la otra, ofrecen una complicidad y alegría que inundan la pantalla cuando están juntas. El compadre de Iremar, Zé, es el más alocado y bonachón, solo piensa en las mujeres y en divertirse lo más posible.

Con escenas un poco más largas de lo normal, lo que hace más difícil la dirección de los actores, sobre todo cuando rodaban con ganado (bastantes veces, por cierto), el director ofrece un fresco retrato de la sociedad rural brasileña que nos cautiva por la sencillez, la luminosidad y la sensualidad.

Película que nos habla de sueños, el del protagonista por su ilusión sobre la moda, la conductora por dar su hija una vida mejor, la niña por los caballos a los que adora y el compadre por las mujeres que desea. Que nos lleva a comprender mejor a ese conjunto de personas que sufren, luchan y sobreviven en medio de las llanuras brasileñas.

Acerca de Luis Alberto Jiménez

Me gusta el cine y todo lo relacionado con él. Autor del libro "La discapacidad en el cine en 363 películas". Colaborador de Onda Cero Madrid Norte, con un espacio de "Cultura de Cine" y de la revista "Versión Original" de Cáceres, donde cada mes hablo sobre una película relacionada con un tema que propone la dirección.
Esta entrada fue publicada en Críticas. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.